Hubo un tiempo, en el que pertenecer o simpatizar con
el Partido Socialista Obrero Español PSOE,
era sinónimo de orgullo y de reconocimiento social y político. Fueron los
tiempos de la transición y, del final de la dictadura; el tiempo del primer
diputado socialista por León, Baldomero Lozano, un hombre
absolutamente cercano y entregado con fuerte empeño a cualquier causa justa de
los trabajadores o de los oprimidos, y sobre todo, a luchar por lo leonés,
contra los agravios que nos infringían. Victoriano Crémer lo definió como “un
leonés nacido en Tierras de la Mancha”, Juan Pedro Aparicio, Luis
Mateo Diez, Ernesto Escapa, José Luis Gutiérrez y José
María Merino, se refirieron a él como “un recolector de ideas, de
vivencias y de problemas, para luego exponerlas con pasión y tenacidad, y para
defenderlas con toda la mucha energía de que era capaz”, según su artículo
publicado en la Tribuna de EL PAÍS
del 03.07.79, en la que además se dice, que “fue el obstáculo más importante
que impidió a la derecha leonesa integrar a León en el ente preautonómico
castellano”. Era el tiempo del Diputado Socialista por León, en las
legislatura Constituyente y Primera, BALDOMERO
LOZANO PEREZ.
Hoy día, se cumplen 36 años de la fecha de su fallecimiento (15 de Septiembre de 1979).
Por ello, ya que de bien nacidos es ser agradecidos, algunos leoneses, amigos,
antiguos militantes socialistas, desencantados unos y, otros muchos en otras
ondas políticas, queremos dejar constancia del agradecimiento que le debemos.
Nuestros agradecimientos pasan, por el reconocimiento
de su entrega desinteresada en la defensa de las causas de lo leonés: de las
cuencas mineras (mineros y sus comarcas), de los trabajadores en
general, o de los conflictos específicos como el de la Maragatería y el
Campo de Tiro del Teleno, por citar algunas. Como demócrata, consideró y
asumió una opinión mayoritaria de la población, abanderando la postura de consultar
a los leoneses en Referéndum, el modelo autonómico preferido, aceptando en
cualquier caso el resultado de la consulta, pero reafirmando, que León es
una comunidad diferenciada de la castellana. También le reconocemos, que en
nombre de la entonces Federación
Socialista Leonesa (FSL), iniciase los primeros acercamientos, encuentros y
posteriores acuerdos, con el sindicato campesino Unión de Campesinos Leoneses (UCL).
Esa visión política de Baldomero Lozano y de la FSL,
permitió representar al sector agroganadero de la provincia, dotándole de un
protagonismo y trascendencia económica fundamental, nunca antes sentido en el
sector. Se manejó perfectamente en un territorio abonado ideológicamente por la
derecha, desde siempre, donde estaban muy presentes los sentimientos equívocos de
la propiedad privada (de la tierra), y donde existía también, un fuerte
y arraigado caciquismo residual. Y todo ello, a pesar de los escasos
resultados en votos y organización que, especialmente en el medio rural,
tuvimos en las primeras Elecciones Generales de 1977.
Para los que compartimos tiempos, ilusión, ideales,
luchas y trabajo, le recordaremos siempre como el político ideal, el modelo de
político a seguir, o simplemente, el mejor político de la Transición que
hemos conocido. Defensor de cualquier injusticia o circunstancia, por
grande o pequeña que fuera, su forma de hacer política estaba siempre basada en
los principios más sencillos y elementales de racionalidad, respeto,
democracia, justicia y libertad. Jamás buscó protagonismo ni rédito personal
alguno.
Hoy, en plena discusión sobre quien representara León
en Las Cortes Generales Congreso
y Senado, sin atisbar en la Provincia la salida de la crisis económica,
mirándose el ombligo las Fuerzas Políticas y, en el trance ideológico de la
izquierda, sin discurso ni liderazgo, echamos en falta ese nivel de compromiso
y entrega, de ideología en la que creía y militaba, que como entonces
practicaba Baldomero Lozano Pérez.
Concretamente, en esta época, los herederos de
aquellas siglas de la FSL, ya no son
una estructura federada, sino agrupada en una superior de ámbito Autonómico y
dominada por los impulsos de Valladolid, denominándose Partido Socialista de León (PSL), con una perdida evidente de
pulso político e independencia, no solo por ese modelo de estructura
menor, también por sus sempiternas luchas cainitas, que solo evidencian
“un quítate tu, que me pongo yo”, y
multiplicadas en estos últimos tiempos, por un egoísmo intimo, que
describen la búsqueda personal de las bondades “del salario publico” para el beneficio personal, sin importar nada
(valores, ideología, compromiso), ni nadie (compañeros, simpatizantes,
votantes).
Todo ello sin tener en cuenta, que en estos mismos
últimos tiempos, se pregona por doquier, la apertura de puertas y
ventanas, la democracia interna, la participación de las bases, las listas
abiertas, el respeto a las minorías, a las mujeres, a los reglamentos, a las
normas, etc.… Y se practica todo lo contrario, generando condiciones que
impiden esa democracia interna: restringiendo tiempos, implementando
presentaciones previas de candidatos, cercenando las listas abiertas y la mejor
democracia de un hombre (Afiliado), un voto, o discriminando agrupaciones en
función de si estas con ellos o piensas diferente, en el mas burdo insulto al
respeto a las minorías, a las que incluso se las impide participar exponiendo
razones en los órganos ejecutivos.
Estos hechos y otros muchos más en estos mismos
últimos tiempos, se percibe tan claramente por esas practicas abusivas y la
falta de nivel de compromiso y entrega, que hará falta que llegue cuanto antes,
el tiempo de rearmarnos en las ideas, defender y luchar como entonces, contra
las injusticias que padece hoy esta sociedad. Para arrancar como ayer, con los
mismos ideales básicos, organizándonos y volviendo a combatir con fuerza e
ilusión, toda esa desvergüenza y cinismo que nos rodea, dentro y fuera.
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