Un lunes más estamos
aquí para alzar la voz en contra de la violencia machista, una violencia que,
de nuevo, se ha cobrado tres víctimas de
22, 27 y 30 años años en Arganda, en la Palma y Arbo (Pontevedra)r espectivamente.
Y existe evidencia de una cuarta con origen en León. Este año ya son 24 las
mujeres asesinadas. Guardemos un minuto de silencio….
La violencia contra la mujer constituye una
manifestación de relaciones de poder, históricamente desiguales entre el hombre
y la mujer. Ninguna persona merece ser golpeada, humillada, violada o
asesinada. La violencia machista es la manifestación más brutal de la
desigualdad entre hombres y mujeres, es cualquier acto violento o agresión, ejercida
sobre la mujer en el marco de un sistema
de relaciones de dominación de los hombres sobre las mujeres.
Las mujeres sabemos lo que es el miedo, y
vivir con miedo no es vivir. Las investigaciones demuestran que,
sistemáticamente, una mujer tiene mayor probabilidad de ser lastimada, violada
o asesinada por su compañero actual o anterior que por cualquier otra persona.
Los hombres que usan la violencia para resolver conflictos, están enseñando el
mismo comportamiento destructivo a sus hijos.
El maltratador suele justificar en factores
externos su comportamiento. No hay nada que justifique la violencia, es una
estrategia de relación aprendida y elegida, no es inatata, no la aceptemos ni
la normalicemos, porque no es ni aceptable ni normal. El respeto nace con todas
las personas y es decisión de cada quien ejercerlo, si no te respetan no lo
justifiques, la violencia es su elección. El maltratador siempre será un
agresor y la mujer maltratada siempre será una victima. Aunque la sociedad
Patriarcal y machista en la que vivimos pretende justificar estos
comportamientos con argumentos peregrinos como que casi todas las denuncias son
falsas, que las mujeres también maltratan a los hombres y muchos otros
argumentos sin sentido que se desmontan rápidamente para quien tenga
disposición de pensar y que no puede tapar el sol con un dedo, hoy en este Lunes
Sin Sol estamos rindiendo homenaje a las dos mujeres asesinadas esta semana que
suman un total de 24 en lo que va de año, 24 mujeres con una causa común de muerte “el machismo”,
por que el machismo maltrata y mata. La violencia contra las mujeres engloba
múltiples formas, desde las más visibles, como el asesinato o las agresiones
físicas, psíquicas y sexuales, que han sido consideradas por los organismos
internacionales como formas de tortura, hasta las más sutiles e incluso
toleradas socialmente, como el control social, la violencia económica u otros
mecanismos de coacción dirigidos a infligir sufrimiento que deben soportar
muchas mujeres a lo largo de su vida.
Normalmente estas agresiones se entrelazan y
rara vez se producen de forma aislada formando un conjunto de actos cotidianos
que producen en las mujeres miedo, inseguridad y falta de autoestima. Los
autores de gran parte de la violencia que sufren las mujeres en su vida
cotidiana son las personas con quienes comparten su vida, ya sea por ser
miembros de su familia o de su comunidad, o por ser sus empleadores. Ejercen
esta violencia por sentirse superiores, en una sociedad patriarcal y machista
que perpetua estos roles antinaturales que coartan la vida de la mitad de la
población por el mero hecho de ser mujer.
No podemos olvidar que, aun hoy, hay muchas
mujeres en el mundo que son consideradas como meras posesiones primero de sus
padres y después de sus esposos, mujeres que no pueden disponer de sus vidas,
que tienen que vivir como otros les dicen, mujeres que en definitiva no dejan
de ser mas que bienes intercambiables.
En los países desarrollados ha habido muchos avances
en materia de igualdad, pero debemos tener cuídado por que es mucho más fácil
retroceder que avanzar. En el caso de España el retroceso de estos últimos años
es notable y, de hecho, la ONU cuestiona a nuestro Estado por sus políticas
contra la discriminación y reprocha la suspensión de la Educación para la
Ciudadanía en el curriculum. Aunque la evaluación de la ONU no es hacia un
Gobierno concreto, sino hacia un Estado, el informe carga con dureza contra
varias medias de la actual legislatura, por que no nos olvidemos de que la
igualdad es cuestión de ideología, y quien no la tiene se le nota, porque no la
prioriza.
Exijamos esa igualdad, simplemente por que
somos iguales, simplemente por que no somos ciudadanas de segunda clase, lo
somos de primera exijamos que desde todos los ámbitos: económico, político,
social, cultural se actuae para que no se discrimine a nadie por el mero hecho
de ser mujer, para que la igualdad que la ley nos da sea real, no sólo aparezca
en un papel, para que podamos acceder a los mismos trabajos y en las mismas
condiciones, para que, se nos juzgue, no se nos prejuzgue en nuestra valía, para
que no se nos considere como posesión de nadie, pues sólo nos pertenecemos a
nosotras mismas, para que nadie sienta terror en su propia casa, para que para
todas las mujeres puedan ver el sol cada mañana
y aquí nunca vuelva a haber un lunes más sin sol.